Mi recorrido vital es el que hoy me permite estar aquí, poniendo al servicio de otros lo que a mí tanto me costó. Pese a tenerlo todo, la insatisfacción y el dolor internos eran mi constante, sufría y hacía sufrir a otros – en especial a mis más cercanos-; mi espíritu transitó por lugares muy oscuros, llegando incluso a no querer vivir. Paradójicamente, cuando ya estaba convencido de que mi desesperanza no tenía solución, empujado por el dolor dejé de echarle la culpa al mundo para mirar dentro de mí, y a través de un proceso de búsqueda que incluyó las herramientas que hoy manejo en mis consultas, hice importantes hallazgos con relación a mis heridas y creencias, lo que me llevó a tomar acciones concretas para el cambio. Pasé de ser un eterno inconforme y una víctima de mis historias dolorosas a sentir que puedo ser el transformador de estas historias.
Sigo sanando y mirando a mis sombras día a día, pero ahora veo en la vida –con sus días de lluvia y de sol, con sus dificultades y sus alegrías- un regalo que me hace inmensa y conscientemente feliz y quiero compartirlo contigo. Hoy en día, poder contarle a los demás que Siempre Se Puede, es el mayor propósito que mueve mi vida.